La mañana
del 26 de diciembre de 2004 el mundo despertó con una impactante noticia: un
terremoto seguido por un tsunami sacudió las costas de Indonesia, Sri Lanka,
Malasia y Tailandia, terminando así con la vida de miles de personas.
Desafortunadamente éste no es un caso aislado, es uno de los muchos movimientos
telúricos acompañados de tsunamis que han sacudido a nuestro planeta a lo largo
del tiempo.
¿Cómo se
forman los tsunamis?
Por lo
general, la primera etapa consiste en un terremoto cuyo epicentro se localiza
debajo del mar. A partir de este movimiento telúrico, se da un desplazamiento
del agua desde el fondo marino que, al intentar recuperar su estado natural forma
olas cada vez más grandes.
La
intensidad del tsunami depende de diversos factores, principalmente de la
profundidad en la que sucedió el terremoto. Entre más profundo sea el terremoto
marino (maremoto), menores serán los efectos en la costa del tsunami y
viceversa.
No es
posible determinar en qué momento llegará un tsunami a la costa. Sin embargo,
antes de que suceda se da un importante descenso de la marea, para después
regresar con más violencia.
¿Sabías que?
A medida que el tsunami se acerca a la costa, disminuye su velocidad pero su
altura se incrementa.
Algunas cifras
- El Tsunami del 25 de diciembre de 2004 fue precedido por un movimiento telúrico de 9.2 en escala de Richter y ha sido catalogado como uno de los más intensos en los últimos 40 años.
- Las primeras olas alcanzaron una altura de aproximadamente 30 metros y hasta ahora la cifra oficial de personas muertas o desaparecidas es de 283,106.[1]
- En 2010 un sismo de magnitud 8.8 seguido por un Tsunami sacudió a Chile, dejando más de 500 muertos y múltiples desaparecidos.
No existe
una forma de saber cuándo habrá un terremoto y mucho menos su magnitud. Sin
embargo, las acciones que se realicen en materia de prevención son
indispensables para garantizar (o incrementar las posibilidades) de
supervivencia.
Prevención
Si bien no
hay forma de saber con exactitud cuándo sucederá un evento de este tipo,
también es cierto que hay una serie de medidas que –de llevarlas a cabo-,
podrían incrementar las posibilidades de supervivencia.
Mantener la calma
Buscar refugio en zonas altas. Por ejemplo: cerros,
zonas boscosas o construcciones mayores a treinta metros
Tener conocimiento de la zona geográfica en la que se
encuentra para así tomar decisiones correctas. Por ejemplo: conocer los puntos
más seguros de la zona costera
Tener
siempre a la mano números de emergencia y algún equipo que tenga acceso a las
señales de radio para así conocer la situación en tiempo real
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